La corriente de opinión, revistas, journals y titulares no paran de enrostrarnos las maravillas relacionadas al talento. Encontrar, desarrollar, identificar, atraer, cuidar y retener talento. Incluso algunas áreas de algunas empresas ya no son RRHH, sino Talento Humano, para ir en onda.
En otro artículo nos explayaremos en por qué no es tan cierto que tengamos una crisis de talento, que nos falte talento y el peor error: debemos "retener el talento". Uno de los "males de amor" en las empresas es enamorarse del talento de una persona al punto de hacerla "santa", darle trato de "indispensable" o que su permanencia sea un asunto "de vida o muerte". Pero eso será materia de nuestro próximo artículo. Ahora sólo abordaremos al individuo (y otro "mal de amor"), quien por toda esta onda también se ha hecho una idea (errónea o no) respecto al talento que posee. Algunas veces llenas de mitos y paporretas.
¿Qué es talento?
Depende a quién le preguntes, para Buckingham es innato (no desarrollable), para Dweck es desarrollable completamente, por tanto consecuencia de haberlo trabajado con más o menos esfuerzo. Para Robinson el Talento es lo que hacemos bien y con facilidad (y no necesariamente nos apasiona. Si nos apasiona y fluimos es nuestro Elemento).
En mi opinión, Talento es aquella cualidad presente que te hace destacar en las cosas que haces, incluso podrías tener más de un Talento. No está determinada por los genes, sino por la experiencia y aprendizajes.
El talento y el Ego
Cuando una empresa empieza a decirle lo talentoso que es una persona, algunas de ellas (no todas) empiezan a mirarse diferente al punto de sentirse una "raza" diferente dentro de la organización, un ser casi de otro planeta que aterrizó en esta empresa por un problema de coordenadas de su nave. Esta sobrevaloración de sus Talentos o Cualidades (porque es muy posible que los tenga) se convierte en el enemigo de crecer.
Las personas soberbias y egocéntricas no saben trabajar bien en equipo, o por lo menos no saben hacerlo sin dejar muertos y heridos detrás. Aquí los otros Talentos con los que interactúa son vistos como amenaza. Sus relaciones construyen una marca personal y reputación desastrosa, difícil crecer siendo enemigo de los demás. Recomiendo al respecto Inteligencia Social de Goleman.
El talento inflexible.
Cuando somos Talentosos en algo, elaboramos una imagen mental de nosotros mismos en donde nuestro talento tiene protagonismo. Por tanto, nos cuesta vernos lejos o sin eso que hacemos bien, en la "fotografía de quienes somos". Cambiar de actividad o aprender una nueva, puede representar un riesgo a-lu-ci-nan-te para nuestro Talento (que resguarda la idea de quiénes somos). Entonces espantados, rechazamos el cambio, lo nuevo, el riesgo de ser aprendiz y no tan “virtuosos” en lo nuevo. Volcándonos así en una Mentalidad Fija (como lo llama Dweck), que no evoluciona y prefiere mantenerse en su zona conocida (para no arriesgar “quién es” hoy).
El talento como Cárcel
Confundimos Talento con Vocación muy fácil. Podemos ser muy talentosos en distintas actividades productivas, de negocios u otros ámbitos, en los que nos reconocen muy exitosos… sin embargo, no necesariamente eso que hacemos representa nuestra vocación (eso que nos realiza). Ejemplos varios, gente que hizo dinero con su Talento y luego pudo dedicarse o convivir con su vocación (musical, artística, emprendedora, etc.) Tengo una maravillosa amiga talentosísima en el Coaching, pero su vocación es el Arte y vive apasionada diseñando alfombras como nadie (equilibra Talento y Talento+Vocación).
¿Cómo podría ser una cárcel? Es posible que pensemos que por ser muy tromes en algo, ESA es nuestra vocación. Por tanto, no salimos de ahí a buscar nuestro Elemento (Ken Robinson), eso que nos daría felicidad y realización. Por el contrario, nos convencemos que aunque no disfrutemos lo que hacemos, como lo hacemos bien… debemos seguir ahí. Una cárcel con la puerta abierta que no queremos cruzar.
Talento es Trabajo y Esfuerzo
El Talento es consecuencia, según Dewck, del trabajo y el esfuerzo. No es consecuencia natural del potencial o la aptitud con que nacemos (podemos ir con nuestro potencial de músico o ingeniero mecánico a la tumba; y jamás se convirtió en capacidad). Las historias de éxito que nos rodean en reportajes y revistas no retratan bien el proceso, la verdad es que: el éxito es público y el sacrificio privado.
"Yo soy como soy sin esfuerzo", "es mi talento aptitud y potencial", "soy trome por naturaleza". Si así eres sin esfuerzo, imagínate lo que podrías lograr con trabajo.
Valora tu talento, pero no hagas de él tu trampa. Controla el ego, aprende constantemente y no olvides disfrutar de lo que haces... si no lo disfrutas, no vayas a creer que lo disfrutarás más por vivir quejándote. Haz algo al
respecto, tu felicidad y realización lo merecen.
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